Una sólo de chicos! |
En casa de Esther y José hay mayoría de niños, son 3 y seguramente eso lo convierte todo en un juego. La casa es de entrada un juego de espacios y de volúmenes que ha sido sin dudas, el juego de algún arquitecto. Da pena no haberla conocido de día, estamos seguros que allí había juego de luz, a juzgar por los grandes ventanales que mezclarían el exterior y el interior a nuestros ojos.
Por eso, y por que lo nuestro son las personas, empezamos dibujando a los niños. Decía Nietzsche que la madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con que jugaba cuando era niño, y nosotros la encontramos en la seriedad fingida y solemne con la que posaron los chicos.Nosotros por otra parte, también jugamos a ser unos artistas que dibujan.
Esther y su hija, hablando sobre un fin de semana en un espacio pequeñito |
Después del imprescindible dibujo familiar, observamos los resultados en una mesa bajo un techo tan alto y tan lejano, que ya no podemos fingir ser adultos por más tiempo y acabamos jugando con los niños debajo de la mesa. Pero, eso sí, con toda la seriedad que Nietzsche exige.
¡Le toca a los chicos! Es divertido ver a los varones disfrazados, posando muy serios, asumiendo totalmente su papel de vampiro, de mago o de cruzado y no podemos evitar tomarnos también muy en serio nuestros dibujos.
¡Una solo de chicas! reclama la mas pequeña, de la casa. Quien se vistió de princesa , para finalmente caer en brazos de mama... con la pijama.
Tenemos debilidad por los dibujos de madres e hijas que se miran a los ojos, y con los que posan
mientras planifican un viaje cercano. Por momentos lo tuvimos todo, y lo disfrutamos en una pose llena de ternura.
Testimonio: Hola!! Somos vuestros amigos de la sesión 115!!! Muchísimas gracias por la fantástica experiencia que hemos vivido con vosotros!! Los dibujos son una maravilla. Ademá de mostrar nuestro físico reflejan perfectamente nuestra esencia!! Un beso muy fuerte
Esther, 11 de Octubre a través de facebook