Juan Pablo se comporta con una humildad que empieza por sus pies descalzos, y que contrasta con todo lo que le rodea: la belleza y el buen gusto en la decoración de su casa, la exhuberancia de sus plantas, la calidez de su recibimiento, el buen humor en su conversación.
Pero es que nos parece que gusta de los contrastes. Las empanadas Bolivianas que nos sirve en el descanso son también así: dulces y picantes (¡además de deliciosas!). Juan Pablo, como sin darse cuenta, nos brinda poses imaginativas y cambiantes: con corbata y sombrero, o con el torso desnudo. Como un borracho miserable, o como un dios griego con cesto de frutas, en una hornacina.
¿Cuántas imágenes de uno mismo caben en cada persona? Como pista os diremos que los cuadernos de dibujo suelen venir con 100 hojas...